Los restaurantes han tenido que adoptar cada vez más diversas tecnologías que van desde los pedidos móviles y los tableros de menú hasta los sistemas telefónicos de voz sobre IP.
Antes de 2020 cuando la palabra clave del año era "pandemia", ya llevábamos un largo tiempo hablando sobre la transformación digital, el apocalipsis del comercio minorista, la omnicanalidad, centrada en el cliente y varios otros temas que co-tenían redes sociales, conferencias, eventos y ferias. Aprovechando el tirón, comenzaron a aparecer muchos expertos y oportunistas que, utilizando todos estos términos, intentaron por un lado predecir el futuro del retail y, por otro lado, dotar al retail menos tecnológico de herramientas para luchar contra la gran digital. plataformas que todos conocemos, especialmente Amazon.
Después de augurar un destino terrible para el comercio minorista, digamos tradicional, el fin de los centros comerciales y "transformarse digitalmente o morir" llegó la pandemia y se apoderó de todos los pronósticos que veníamos escuchando al respecto. Pero, vaya, resulta que con la pandemia vinieron las medidas de seguridad, los controles de capacidad y el crecimiento masivo del comercio en línea. Con el comercio online creció (aún más) el negocio de las empresas de logística y reparto y al final determinados sectores vieron como no solo crecía su negocio a través del canal online, sino también en establecimientos físicos, por ejemplo, supermercados.
Es en este momento que los establecimientos físicos comienzan a buscar formas de comunicar a sus clientes que deben usar mascarillas, usar desinfectante de manos, que deben mantener la distancia, que la capacidad está llena y deben esperar, e incluso indicar a los pasajeros si su pedido está listo para ser recogido. ¿Y cómo se comunica todo esto en un espacio físico? Bueno, se comunica de varias maneras: o con empleados que repiten cientos de veces al día "por favor, póngase la máscara correctamente", colocando carteles en todo el establecimiento, poniendo perros guardianes o gerentes de tienda para contar y descontar personas, o ir, transformar digitalmente todo estos procesos gracias a la señalización digital.
Mediante cualquier tipo de expositor de cualquier tamaño ubicado estratégicamente en establecimientos físicos, los clientes pueden estar informados de la capacidad en tiempo real, medidas anti-COVID, turnos de pasajeros, comunicaciones de marketing y cualquier información que un minorista quiera ofrecer a sus clientes y empleados. Todo ello mientras se reduce drásticamente la cantidad de papel utilizado en la confección de innumerables carteles informativos y con la capacidad de impactar el espacio físico con la misma forma de instantánea con la que los visitantes pueden experimentar a través de un sitio web o aplicación móvil.
Hasta ahora, hemos estado hablando del pasado y de cómo la señalización digital ha ayudado a muchos minoristas a comunicarse de manera más eficaz con sus clientes y empleados. Ahora, hablemos del futuro. Solo una última mención del pasado: a finales de los 90 y principios de los 2000, las empresas solo querían un sitio web "porque era necesario tenerlo".
Actualmente, con la cartelería digital a veces hay una relación similar: tenemos que poner la cartelería digital porque hay que tenerla, así como hay que implementar la omnicanalidad, la transformación digital y el resto de palabras clave que aparecen en los medios. Si este es el argumento para implementar un ecosistema de señalización digital, no lo estamos haciendo bien. La señalización digital es el futuro del comercio minorista porque difumina la frontera entre el mundo real y el online.
Con un sistema de cartelería digital bien implementado, podemos recopilar los insumos de los clientes que visitan un establecimiento físico, analizarlos, procesarlos y mostrar los mensajes más adecuados, en el momento más adecuado, a la audiencia correspondiente. Como suena esto? Parece que los minoristas interactúan con sus clientes en el canal en línea. La cartelería digital bien implementada, permite asemejar mucho un establecimiento físico a un sitio web o un e-commerce. Y aquí es donde la cartelería digital se erige como el futuro del retail: si durante las predicciones sobre el apocalipsis del retail solo se hablaba de la desaparición del offline y el triunfo del online, el digital signage introduce un tercer jugador en el partido: los establecimientos digitales o, como dictado por la nueva palabra clave creada al respecto, el phygital, término que a mí personalmente no me gusta, pero que me permite ver correctamente a qué me refiero.
¿Y cómo es un retail phygital?
Se trata de un establecimiento físico que, gracias a un sistema de digital signage bien implementado y con una estrategia coherente, permite crear y medir el customer journey de los clientes durante su visita a un establecimiento físico y, además, utilizar esta misma información con el online. canal. ¡Oh, sorpresa! omnicanal y transformación digital gracias a la cartelería digital. En resumen: el futuro del comercio minorista. Aterrizando un poco todas estas ideas, vayamos a un ejemplo: un cliente llega a un establecimiento para realizar una compra. En la entrada hay una pantalla que te indica la capacidad disponible.
En ese momento, la capacidad no está al máximo y se le permite ingresar. En el interior, pide un turno en una pantalla escaneando un código QR con tu móvil que te lleva a un sitio web (o aplicación) que te informa del turno y el tiempo medio de espera.
A medida que te dirijas hacia el apartado correspondiente, verás en displays de varios tamaños (desde etiquetas electrónicas hasta enormes y llamativos paneles LED) las diferentes promociones, ofertas e información comercial disponible en ese momento en el propio establecimiento. Al llegar al tramo de interés, una pantalla te muestra el turno actual mientras tu móvil te envía una notificación anunciando que pronto será tu turno de ser atendido.
Una vez realizado el pedido, te diriges a la línea de caja donde se te indica a cuál tienes derecho a realizar el pago. A lo largo del recorrido, cámaras y sensores han ido recopilando información sobre el cliente, respetando siempre las leyes de privacidad, y la han ido enviando a los departamentos correspondientes para analizar, al igual que un sitio web, cómo ofrecer la mejor experiencia al cliente.
FUENTE: www.digitalsignagetoday.com