Los estrategas de medios están siempre en la búsqueda de experiencias sostenibles para recomendar a sus clientes, pero aún así sigue siendo complicado medir la eficacia de los distintos canales de comunicación.
Los estrategas de medios están siempre en la búsqueda de experiencias sostenibles para recomendar a sus clientes, pero aún así sigue siendo complicado medir la eficacia de los distintos canales de comunicación.
Si bien la convergencia de medios ha hecho que las pantallas digitales sean omnipresentes, es importante reconocer que no todas proporcionan el mismo nivel de compromiso para compradores y vendedores.
Por ejemplo, Internet le restó importancia al aspecto demográfico y la orientación por comportamientos no siempre se traduce en un número cuantificable. Es decir, si un consumidor observa un video on line, esto no significa que tenga intención de compra. A menudo la gente se desplaza entre múltiples dispositivos y plataformas, por lo que no es fácil prever todos sus comportamiento.
Ahora bien, ¿esto significa que algunas pantallas son más valiosas que otras? La respuesta, sin lugar a dudas, es afirmativa.
Hoy en día, el común de la gente pasa mucho más tiempo fuera del hogar que en otros tiempos. Según la Asociación de Publicidad Exterior de América (OAAA), los estadounidenses gastan en promedio más del 70% de su tiempo en la calle o en ambientes exteriores gracias a la proliferación de los smartphones.
Por esa razón, las pantallas digitales en la vía pública (OOH) están en una posición única con respecto a otros medios y es cada vez más evidente su impacto sobre los comportamientos de consumo.
A partir de esto vale preguntarse, entonces, qué criterio se debe usar para medir la eficacia de los medios OOH.
En principio, lo más importante es el entorno en el que se encuentra la pantalla, y su ubicación dentro de dicho entorno. Por ejemplo, pueden existir espacios con un alto tráfico, pero el lugar no es relevante para los consumidores porque el tiempo de permanencia o la necesidad de atención son mínimas.
En contraste, también pueden existir espacios con un tráfico menor, pero exigen un nivel de atención mucho más elevado, como ocurre en los consultorios. Es decir, todo comienza y termina en el consumidor y se lo debe tener en cuenta al momento de definir la ubicación del sistema de digital signage.
Por otro lado, también es fundamental considerar la mentalidad de los potenciales clientes al momento de diseñar el mensaje. Por ejemplo, cuando las personas salen de su casa operan con una mentalidad mucho más compleja que cuando están dentro del hogar.
Por ello, la oportunidad para los vendedores aparece cuando entienden el momento en el que se encuentra el consumidor y responden con eficiencia a sus necesidades.